1 Tesalonicenses 3.6–13 (RVR60) — 6 Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, 7 por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe; 8 porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor. 9 Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, 10 orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe? 11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. 12 Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, 13 para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
En cuanto salió Miguel de la escuela, el entrenador de voleibol le dio la noticia de que no había sido elegido capitán del equipo.
Miguel se siente deprimido, tan deprimido que le parece que no va a ir a la reunión del club bíblico. Prefiere quedarse en casa y ahogar su desencanto comiendo un kilo de helados.
Pero como sabe que esto en realidad no hará más que darle un dolor de estómago, después de todo decide ir al club.
Cuando entre dientes le dice a sus amigos del club bíblico lo patético que es, ellos no sólo lo hacen dejar de rebajarse a sí mismo, sino que también lo hacen recordar qué talentoso y útil es en la escuela y en el grupo. Al final, Miguel se retira sabiendo que le cae bien a alguien, que es apreciado y que lo necesitan. Se va con una imagen más positiva de sí mismo.
¿Suena tonto? No lo es. Reconócelo: Tener amigos que te levantan cuando estás mal es mejor que ser atacado con insultos y sarcasmos.
La Biblia dice que Dios nos considera dignos de ser amados, valiosos y capaces; y tenemos todo el derecho de vernos de la misma manera. Junto con saber todo esto por medio de la Palabra de Dios, estar con la gente apropiada es una manera incomparable de realmente comprenderlo.
Apártate de los que te tratan como basura, y encuentra a los que de veras creen en ti, como cree en ti Dios. Aquí van algunas maneras de lograrlo:
Encuentra amigos que te aceptan tal cual eres. No busques a los que hablan demasiado ni los que usan la mejor ropa, sino a los que te dejan ser como eres porque están cómodos consigo mismos.
Encuentra amigos y líderes adultos que te dejen soñar e intentar cosas nuevas positivas, como trabajar de voluntario, hacer algún tipo de ministerio, que te hagan usar y ampliar el cerebro o que te hagan superarte en alguna actividad física. Es fácil detectar a los adultos que te quieren ayudar a descubrir los puntos fuertes que Dios ha puesto en ti.
Sé constante en ir a las clases de la Escuela Dominical y al grupo de la iglesia de entre semana, donde el ambiente no está cargado de sarcasmos y ataques verbales.
Súmate a un grupo pequeño de creyentes donde puedas ser transparente y directo en cuanto a tus luchas. Deja que te amen y te cuiden.
¿Captas cómo es el asunto? ¡El mejor lugar donde podemos estar es dondequiera encontremos un ambiente que puede ayudarnos a librarnos de una autoimagen negativa!
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