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domingo, 25 de septiembre de 2011

Rios De Agua Viva


Ezequiel 47:9.Y toda alma viviente que nadare por dondequiera entraren estos dos ríos, vivirá.” 




Las aguas vivas, en la visión del profeta, fluían al Mar Muerto, y eran portadoras de vida, incluso para ese lago estancado. Allí donde llega la gracia, la vida espiritual es la consecuencia inmediata y eterna. La gracia procede soberanamente de conformidad a la voluntad de Dios, tal como el río en todos sus serpenteos sigue su propia y dulce voluntad; y a todas partes donde llega, no espera que la vida venga a él, sino que produce vida mediante su propio flujo vivificador. ¡Oh, que se derramara a lo largo de nuestras calles, e inundara nuestros barrios bajos! ¡Oh, que viniera ahora a mi casa, y se elevara de tal forma que cada habitación tuviera que nadar en él! Señor, concédeme que el agua viva fluya a mi familia y a mis amigos, y que no me pase por alto. Espero haber bebido ya de sus aguas; pero deseo bañarme en él, sí, nadar en él. Oh mi Salvador, necesito vida más abundantemente. Ven a mí, te lo ruego, hasta que cada parte de mi naturaleza esté vívidamente energizada e intensamente activa. Dios vivo, te lo ruego, lléname de Tu propia vida.
Yo soy un pobre palo seco; ven y hazme vivir de tal manera que, como la vara de Aarón, pueda reverdecer y florecer y producir fruto para Tu gloria. Vivifícame, por nuestro Señor Jesús. Amén.

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