Hablando Claro

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lunes, 29 de agosto de 2011

Somos Elegidos Cuando Estamos En El Horno





Isaías 48.10 He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.






Este ha sido desde hace mucho tiempo el lema fijado delante de nuestros ojos en la pared de nuestro aposento, y de muchas maneras ha sido escrito también en nuestro corazón. No es algo insignificante ser elegido por Dios. 

La elección de Dios convierte a los elegidos en hombres especiales. Es mejor ser elegido por Dios que elegido por una nación entera. Este privilegio es tan eminente, que aunque viniere acompañado de algún inconveniente, lo aceptaríamos gozosamente, de la misma manera que el judío comía las hierbas amargas que acompañaban al Cordero Pascual. Nosotros escogemos el horno, puesto que Dios nos escoge en él.
Somos escogidos como un pueblo afligido, y no como un pueblo próspero; elegidos, no en el palacio, sino en el horno. En el horno la belleza es desfigurada, la moda es destruida, la fortaleza es derretida, la gloria es consumida, y, sin embargo, aquí el amor eterno revela sus secretos, y declara su escogencia. 

Así ha sido en nuestro caso. En tiempos de las más severas pruebas, Dios nos ha hecho claros nuestro llamamiento y elección, y nosotros los hemos hecho firmes: entonces hemos elegido al Señor para que sea nuestro Dios, y Él ha mostrado que somos ciertamente Sus elegidos. Por lo tanto, si hoy el horno es calentado siete veces más, no le temeremos, pues el glorioso Hijo de Dios caminará con nosotros en medio de los carbones ardientes.



miércoles, 24 de agosto de 2011

Problemas en el púlpito evangélico

Peligro sobre el Pulpito



Editado Por Juan Stam


Hay una crisis de insensatez en el púlpito evangélico hoy. No podemos negar que muchos siervos del Señor están exponiendo la Palabra fielmente semana tras semana, pero probablemente son minoría y poco reconocidos. Un monitoreo de la predicación en los medios de comunicación masiva (televisión, radio y casetes) nos da mucho de que preocuparnos.
Hace poco un predicador centroamericano bastante famoso predicó sobre Génesis 15:6, “Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia” (ver Romanos 4:3, Gálatas 3:6, Santiago 2:23). Comenzó su sermón diciendo, “Esta mañana oré mucho, y pedí al Espíritu Santo revelarme la palabra precisa para explicar este texto hoy, y me dio la palabra ‘derecho’”. En seguida interpretó el texto como “la fe le fue contada por derecho”, en el sentido moderno de ese término. Pero ¡qué raro! Difícilmente podría haber peor manera de malentender ese texto. O el Espíritu Santo se equivocó, o el distinguido predicador oyó mal la voz divina, y compartió su confusión con millones de televidentes.
Es siempre peligroso atribuir al Espíritu Santo nuestras interpretaciones del texto bíblico, para terminar culpando al Espíritu divino por nuestros errores humanos. Una vez escuché a un pastor decir, “He hablado lenguas, he profetizado, y ahora estoy pidiendo al Señor el don carismático de la exégesis”. ¡No, hermano! El Espíritu da muchos dones carismáticos, pero la exégesis no es uno de ellos. El don de la exégesis viene por escudriñar las escrituras y examinarlo todo según los mejores métodos de la interpretación. En eso el Espíritu de Dios nos acompaña y nos ilumina, pero no nos desplaza como para hacer él las tareas que nos tocan a nosotros, ni mucho menos de otorgar infalibilidad divina a nuestros desvaríos.
Unos meses antes escuché a ese mismo predicador exponer la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30). El punto central que sacó del texto era algo que ni aparece en el texto: “La igualdad”, dijo, “de que tanto hablan los comunistas, no es un concepto bíblico. El Creador de la desigualdad es Dios, porque no da lo mismo a todos”. Pero la parábola no atribuye a Dios las desigualdades de esta vida, ni hace ninguna correlación entre Dios y el amo de la parábola. La primera ley para la interpretación de parábolas es interpretarlas desde su mensaje central y no desde sus detalles aislados. Si interpretáramos de esa misma manera la parábola del mayordomo injusto, sacaríamos conclusiones nefastas. La parábola de los talentos es un llamado a la mayordomía, no una defensa de la desigualdad, un mal que condenan muchos otros pasajes de la Biblia.
En algunos casos, estas aberraciones homiléticas son menos absurdas sino parecen ser inferencias lógicas del texto. Un caso es la consigna que si Cristo entregó las llaves a nosotros, entonces ya no las tiene él. ¡Perfectamente lógico! Lo que regaló a otros ya no me queda a mí. Puede ser lógico, pero no es bíblico. Los testigos de Jehová concluyen, muy lógicamente, que si Dios dice a Jesús “tú eres mi hijo, hoy te he engendrado”, entonces antes el Hijo no existía. Para hacer tal inferencia lógica, tienen que hacer caso omiso del contexto, del trasfondo de la frase en Salmo 2 y de muchos detalles más, muy importantes para la exégesis. En general, los heréticos son muy lógicos, pero nada bíblicos. No toda inferencia lógica del texto es fiel al sentido de él y al mensaje que el Espíritu Santo inspiró.
No hace mucho otro predicar hizo una exégesis muy lógica de Hechos 2:17, “derramaré mi Espíritu sobre toda carne”. Pues bien, los animales también son carne, por lo que podemos entender que Dios promete derramar su Espíritu sobre nuestros ganados y mascotas, y debemos orar por la sanidad divina de ellos. Es perfectamente lógico — pero lamentablemente, no tiene nada que ver con el sentido del texto. Los impíos e incrédulos son carne también, Hitler y Somoza y Pinochet eran “carne”. Así entendido, el Pentecostés no significaría nada.
Es curioso que en esta nueva ola homilética, que es claramente anti-intelectual, hay un prurito irresistible de aclararnos “el sentido del griego (o hebreo) original”. Los autores bíblicos se sorprenderían mucho al descubrir lo que ellos querían decir “en la versión original”. El más común de estos abusos consiste en apelar a etimologías fantasiosas, como “sin-cera” para “sincero” o “dinamita” para dúnamis, que son puros inventos que nada tienen que ver con el mensaje original del texto. Toda la especulación sobre la supuesta diferencia entre “Rhema” y “Logos” carece de base confiable en la semántica de texto original. Son incontables las “maravillas” que estos predicadores pretenden sacar de los idiomas originales, que sólo dejan evidente que ellos no conocen esos idiomas y que las más de las veces han sacado sus maravillas no del texto original sino de comentarios en el inglés. Su uso de palabras griegas muestra que no las entienden gramaticalmente, por ejemplo cuando un predicador trata palabras como neanískos y bréfos como si fueran plurales, sólo porque terminan en la letra “ese”. No es necesario, para nada, ni en general bueno, que los predicadores aluden al hebreo y el griego. Pero si lo van a hacer, por lo menos que lo hagan responsablemente, con el debido conocimiento del idioma.
Creo que es hora de preocuparnos muy seriamente por el púlpito evangélico, antes de que pierda para siempre toda racionalidad y coherencia.

martes, 23 de agosto de 2011

¿Manifiestas un amor distintivamente cristiano?


Editado Por Sugel Michelén 
En su primera carta Pedro nos exhorta a amarnos unos a otros a la luz de la obra que Dios ha hecho en nosotros en la regeneración (1P. 1:22-23). Nuestros corazones fueron purificados para que no continuemos bajo el dominio del egoísmo y el orgullo de nuestros corazones, que es lo que obstaculiza el desempeño del amor bíblico. Todo aquel que clama ser un hijo de Dios debe mostrar la realidad de su fe amando entrañablemente a sus hermanos. Esa es la marca distintiva del cristianismo, el amor (comp. Jn. 13:35; 1Jn. 2:9; 3:14; 4:7-8).
No obstante, aunque el pecado no reina en nuestros corazones y no nos gobierna a su antojo, todavía mora en nosotros; y no como un volcán apagado o una bomba desactivada; el pecado continúa activo en nuestros corazones y el objetivo primordial de sus ataques es alejarnos de Dios y movernos a vivir otra vez una vida centrada en nosotros mismos.
El hecho de que nuestras almas hayan sido purificadas no nos convierte en una especie de robots programados para amar. No. Somos seres humanos con voluntad y autodeterminación, y debemos tomar la decisión de actuar bajo el influjo del amor. Es por eso que Pedro escribe: “Habiendo purificado vuestras almas… para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros” (vers. 22).
En otras palabras: “Dispongan su voluntad para hacer lo que deben hacer y que han sido capacitados para hacer. Ámense unos a otros”. Es a eso que se refiere Pablo en Col. 3:14 cuando nos dice que debemos vestirnos de amor que es el vínculo de la perfección.
Debemos resistir consciente y decididamente la tendencia de nuestros corazones a vivir para nosotros mismos y, en dependencia del Espíritu de Dios, tomar la decisión de amar a nuestro prójimo y de una manera especial a nuestros hermanos en Cristo. Eso es básicamente lo que Pedro nos enseña en nuestro texto.
Lo que quiero que veamos ahora son algunas de las características que encontramos en este pasaje de 1Pedro acerca del amor al que somos exhortados en este texto. Y la primera es que se trata de una clase de amor que sólo los cristianos pueden tener entre sí. Por la gracia común de Dios los incrédulos también aman, pero no con el tipo de amor que Pedro menciona aquí. Este es un amor que es posible encontrar únicamente en un corazón que ha sido purificado, en un alma que ha sido regenerada (1P. 1:22-23).
En Gal. 5:22 Pablo dice que este amor es un fruto del Espíritu. Sólo por la obra del Espíritu Santo en el corazón de un hombre es que alguien puede amar con esa clase de amor. Por eso es que la Biblia presenta este amor como el distintivo por excelencia de los cristianos. “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (Jn. 13:34). Esta clase de amor toma al Señor Jesucristo como nuestro modelo. Él se encarnó y murió en una cruz para salvarnos; y ahora nos dice: “Es con esa clase de amor que deben amarse unos a otros”. “En estos conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Jn. 13:35). “Por esa clase de amor seréis identificados, porque sólo los cristianos pueden amar así”.
El idioma griego posee varias palabras para designar el amor, pero la que más se usa en el NT es la palabra griega ágape que es la que Pedro usa en nuestro texto al ordenar que nos amemos unos a otros. A menudo se ha dicho que el amor ágape se distingue porque es un amor sacrificial y ciertamente es una clase de amor que nos lleva al sacrificio, si es necesario. Pero lo que distingue el amor ágape de los otros tipos de amor es que va más allá de las emociones y más allá de lo espontáneo.
Es natural y espontáneo que yo ame a mi familia (la sangre llama, dicen algunos) o que ame a mis amigos. Muchas personas se sienten atraídas hacia otras por su forma de ser, por su carácter, por la afinidad de temperamento y se acercan a ellos en una forma natural y espontánea.
Pero el amor ágape está por encima de todo eso. Es un amor de principio que conquista nuestra voluntad y nos mueve deliberadamente a buscar el bien de otros, sea que nos agraden o que no nos agraden. Un estudioso del NT y experto en el idioma griego, dice lo siguiente al respecto: “Este ágape, este amor cristiano, no es una simple experiencia emocional que nos [viene] espontáneamente; es un principio deliberado de la mente, una conquista deliberada, una proeza de la voluntad. Es la facultad de amar lo que no es amable, de amar a la gente que no nos gusta. El cristianismo… demanda que tengamos en todo tiempo una cierta actitud mental y una cierta inclinación benevolente hacia los demás sin importarnos su condición” (W. Barclay).
Es imposible alcanzar ese nivel de amor, conquistar de ese modo nuestra propia voluntad en nuestras propias fuerzas. Pero la buena noticia es que Dios ha transformado nuestros corazones y ha puesto Su gracia a nuestra disposición para que podamos amar así. Por eso esta clase de amor se usa como parámetro de evaluación para saber si somos cristianos o no.
Si tu amas a los que te aman y haces bien a los que te hacen bien, ¿qué haces de más? pregunta el Señor en Mt. 5:47; eso es lo mismo que hacen los inconversos. Lo que distingue a los cristianos es el hecho de que ellos pueden amar como Dios ama (Mt. 5:43-48). Dios nos amó cuando no merecíamos ser amados, cuando éramos desagradables para Él. Pero aún así nos amó, desde antes de la fundación del mundo y nos escogió para hacer una obra transformadora en nosotros que nos convirtiera en personas amables. Y ahora nos dice: “Ámense así, porque de ese modo mostrarán a todos que sois mis hijos”.
Así que este es un amor distintivamente cristiano; sólo los cristianos pueden amar así; y deben amar con este amor a todos los hombres, sean cristianos o no. Sin embargo, en el texto que tenemos por delante Pedro está señalando un deber más específico. Pero eso lo veremos, si el Señor lo permite, en la próxima entrada.

ESCUCHANDO Y CONOCIENDO SU VOZ






Pedro advierte a los creyentes de los últimos días que Satanás vendrá a ellos en alta voz, tratando de incitarles miedo. "Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo anda como león rugiente, buscando a quien devorar" (1 Pedro 5:8).


Esta es mi observación al respecto: Si Satanás está haciendo conocer su voz en estos últimos días, y está mostrando su poder a las masas de almas perdidas, ¿cuánto más importante es para el pueblo de Dios conocer la voz de su Padre? ¿Cree usted que el Señor podría estar sentado permaneciendo en silencio mientras que Satanás ruge en el mundo? ¡Nunca! Isaías dijo: " Y el Señor hará oír su potente voz," (Isaías 30:30).

Desde los tiempos de Adán y Eva, Dios ha estado hablando con el hombre. "Se escuchó el sonido del Señor Dios" (Génesis 3:8). Adán dijo: "Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo" (Génesis 3:10).

Desde el Génesis hasta el final del Nuevo Testamento, Dios hizo conocer su voz a su pueblo. En los libros de los profetas vemos esta frase repetirse una y otra vez, "Y dijo Dios. . . " La voz de Dios era conocida y comprendida.

Jesús confirmó lo anterior en el Nuevo Testamento al presentar el ejemplo del Buen Pastor. "Las ovejas oyen su voz. . . las ovejas le siguen, porque conocen su voz "(Juan 10:3-4).

Adán se escondió de la voz de Dios a causa de la culpa y la vergüenza de su pecado. Y es ahí exactamente donde muchos del pueblo de Dios se encuentran hoy en día, escondidos y con miedo de escuchar a Dios hablar.
Si desea escuchar la voz de Dios, debe estar listo para tener su alma purificada y limpia. "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).

viernes, 19 de agosto de 2011

Una nueva moda teológica: “La dimensión sobrenatural”


! Cuidado Con Las Modas Cristianas De Apostasia !




“Nuestro clamor a Dios es para tu milagro y porque juntos vivamos en lo sobrenatural del Espíritu de Dios”.
Este lenguaje, y otras frases similares y muy relacionadas, están tomando popularidad en la siempre sensacionalista jerga de las grandes estrellas de la iglesia televisiva. Es el evangelio de las ofertas llevado a su límite extremo, ahora la de “vivir en lo sobrenatural”.
Hace poco escuché a Rony Cháves llamar a todos a “entrar en un espacio profético” porque “hay que incursionar en tiempo sobrenatural, donde se para el tiempo”. No es fácil entender el significado de expresiones tan altisonantes y sublimes, ¡pero aparentemente debe ser algo maravilloso y sumamente grandioso!
Otro predicador, en el canal “Enlace”, repitió la fórmula completa: “hay que incursionar en tiempo sobrenatural, donde se para el tiempo, para entrar en un escenario profético”. (Eso de que “se para el tiempo” parece derivarse de la idea griega de que la eternidad es atemporal, de modo que “incursionar en tiempo sobrenatural” significaría entrar en una esfera donde no existe el tiempo. Pero esa idea griega no es bíblica; en la eternidad se vive el tiempo de Dios, aunque no el tiempo finito de la creación. Textos como Sal 23:6, “en la casa de Jehová moraré por largos días” [hebr], o Apoc 22:2, que habla de los meses y años en la nueva creación, muestran que los hebreos no tenían ese concepto abstracto de una eternidad “donde el tiempo se para”).
En la maratónica de Enlace para noviembre 2010, un predicador de nombre Joel relacionó estos conceptos directamente con la ofrenda que pedían como “siembra”. “Hay que entrar en un nuevo nivel”, exhortaba el predicador, “por un momento de posicionamiento [¡Otro aporte impresionante al léxico teológico!]. Diga Ud ahora mismo, me uno a este tiempo profético, tome ya el teléfono para pactar con Dios”. Al parecer el hermano Joel entendía que una ofrenda a Enlace era el “momento de posicionamiento” para entrar al nivel profético y sobrenatural. ¡La ofrenda es como la puerta al mismo cielo!
Un corolario de esta doctrina se llama “el rompimiento”. Este extraño término es una traducción poco adecuada del término del inglés, “breakthrough”, que no parece tener un equivalente satisfactorio en castellano. El término inglés significa salir de una condición para abrir paso hacia una situación nueva. El “apóstol” Maldonado lo describe como “el rompimiento a un nivel sobrenatural” y de “intercesión de alto nivel; una oración sobrenatural”. En medio de toda la ambigüedad, en todas las fórmulas está el concepto de un salto instantáneo que nos hace salir de lo natural para entrar en lo sobrenatural.
Es muy impresionante la creatividad de estos movimientos en inventar nuevas fórmulas, como si inventar nuevas frases nos comunica nuevas y profundas verdades. Pero siempre tenemos que preguntar cuánta base bíblica tienen estas novedades y cuán fiel bíblica y teológicamente son sus propuestas para la vida de fe.
Debe llamarnos la atención que la palabra “sobrenatural” no aparece en toda la Biblia, y la palabra “natural” se usa mayormente para indicar el país de uno (Ex 12.19 y casi siempre; Hch 4.36 natural de Chipre; 28.2,4 etc). Las palabras “natural” y “naturaleza” a veces señalan lo que es normal o correcto (Rom 1:26-27,31; 1Cor 11:14; 2Tm 3.3; Judas 7), pero no en el sentido metafísico griego ni como opuesto a “sobrenatural”. Términos como “divino”, “milagro” (la Biblia no tiene palabra para “milagroso”),”cielo”, “arriba”, y otros parecidos, tienen todos su significado bíblico muy específico, pero ninguno significa “esfera sobrenatural”.
Un texto que podría malentenderse en sentido metafísico es 2 Pedro 1:4, “llegar a tener parte de la naturaleza divina” (Gr. theías fúsis). El contexto aclara el significado de “naturaleza” en este versículo: consiste en dejar atrás la corrupción mundana y “vivir como Dios manda” (1:3-4). No es un cambio metafísico sino ético, no de “esfera” sino de conducta. Lo aclaran muy bien Louw y Nida en su léxico del griego, como “participar en la semejanza de Dios, ser como Dios en ciertos aspectos”.
En fin: bíblicamente, no existe ninguna “esfera sobrenatural”, ni mucho menos una dicotomía o antítesis entre “lo sobrenatural” y lo “natural”. En la historia de la teología cristiana, el binomio ha sido “naturaleza y gracia”, desde una perspectiva cristiana, y no “lo natural y lo sobrenatural” desde una perspectiva metafísica.
Al encarnarse el Verbo divino, no dejó una esfera sobrenatural para entrar en otra esfera, la de lo natural. En un cuerpo humano, de carne como la nuestra, Jesús vivió plenamente su eterna realidad divina, siendo Dios y hombre a la vez, en una sola persona humana. Tampoco pasó su vida terrestre tratando de escaparse de la esfera natural para irrumpir en la esfera sobrenatural. En su vida, muerte y resurrección, todas plenamente humanas, él nos salvó. La herejía nestoriana, que separaba y aislaba las dos “naturalezas” de Jesús, fue rechazada por la iglesia como herejía. En su ascensión también, Cristo no dejó a un lado su humanidad para irrumpir en una esfera sobrenatural. A la diestra del Padre, Jesucristo sigue siendo el mismo Resucitado y en su segunda venida se manifestará corporal y visiblemente (Hch 1:11).
En la Biblia, pocas cosas son puramente “sobrenaturales” (en un “plano sobrenatural”) ¿Fue “sobrenatural” el nacimiento de Jesús? Los evangelios nos dicen que María lo concibió por el Espíritu Santo, pero su embarazo duró nueve meses (Luc 2:6; cf. 1:36), y el alumbramiento (2:6) fue como el de cualquier chiquillo, con todo y dolores de parto (cf. Ap 12:2). Nada indica que el embarazo de María y el nacimiento mismo de Jesús fuesen “sobrenaturales”. Es que Dios no hace esa distinción entre “natural” y “sobrenatural” sino que suele realizar sus propósitos divinos por medio de procesos “naturales”, sin manipularlos desde su trono celestial.
¿Fue “sobrenatural” la inspiración de las escrituras? Es cierto que el Espíritu Santo actuó de manera divina muy especial en el proceso de escribir los libros canónicos. Pero el Espíritu inspiró la Biblia por medio de autores humanos. La inspiración de las escrituras no fue un dictado “sobrenatural”, palabra por palabra, dejando a los autores bíblicos como simples autómatas en un proceso mecánico. Los profetas “estudiaron y observaron” el mensaje de salvación, buscando entenderlo mejor (1P 1:10-11); San Lucas buscó todas las fuentes y averiguó los hechos históricos de la vida de Jesús (Lc 1:1-4); San Pablo luchaba por comunicarse eficazmente, y hasta se lamentó por un momento de haber escrito una epístola a los corintios (1Cor 2:4; 2Cor 1:13-2:4,9; 6:11-13; 7:2,8-9). Cada autor bíblico se expresa desde su propio trasfondo, en su propio contexto y con su propio estilo literario. La inspiración de la Palabra de Dios no fue un dictado “sobrenatural” (para emplear ese término inapropiado) sino una confluencia dinámico entre acción divina y acción humana.
¿Funciona el cumplimiento de las profecías siempre a nivel “sobrenatural”? Sin poder entrar en detalles, conviene observar que la gran mayoría de las profecías del Antiguo Testamento se cumplieron mediante acción humana. Las profecías de la caída de Asiria se cumplieron por los ejércitos de Babilonia; de la caída de Babilonia, por los ejércitos de Persia; el fin del exilio de los judíos, por un decreto de Ciro. José y María no vivían en Belén, pero según el relato de Lucas, fue un decreto de Augusto César (Lc 2:1-7) que hizo cumplirse la profecía de Miqueas 5:2 (Mt 2:5-6). El arresto y crucifixión de Jesús, centrales al plan de Dios, fueron acciones humanas plenamente libres y responsables. Las profecías son reveladas divinamente, pero las más de las veces se cumplen humanamente, en el mismo “plano natural”.
Como último ejemplo, una sanidad divina, ¿se realiza en “la dimensión sobrenatural”? Me parece que no. Es acción de Dios, pero se realiza en un cuerpo de carne y hueso, en la tierra y no en algún plano “sobrenatural”. Y de hecho, ¿cuál sanidad no es divina, directa o indirectamente? Como dijo un famoso médico francés, “Dios los sana y nosotros les cobramos”. (Digo eso con todo respeto a la profesión médica y al admirable cardiólogo que recién me implantó un marcapasos).
¿A qué se debe este extraño (y yo diría, morboso) afán de “irrumpir en la dimensión sobrenatural”? ¿Podría interpretarse como un anhelo de escaparse de lo humano y lo histórico? ¿O peor, una ambición implícitamente idolátrica de subir al cielo y ser un poco igual a Dios? ¿O será simplemente una táctica más de algunos predicadores que, sin tener algo serio y bíblico para decir a sus oyentes, se afanan en inventar nuevas frases y conceptos exóticos de entretener a su público y mantener su propia popularidad y éxito?
Un vasto sector de la iglesia evangélica hoy está enfermo, que va tumbando insensatamente de una moda poco o nada bíblica a la próxima calentura teológica igualmente aberrante. Esas novedades sensacionalistas no edifican a la iglesia sino que hacen daño al pueblo del Señor. Que Dios nos tenga misericordia y sane su iglesia.
Escribo estas líneas la noche del sábado. Mañana iré a la iglesia, a la vuelta de la esquina de nuestra casa. Seremos unas cincuenta personas, y cantaremos todos con mucha fe y alegría los himnos y cánticos que nos inspiran. (¡Y cómo canta esta congregación, con fervor y entusiasmo!) Leeremos la Palabra del Señor y sentiremos su presencia. Confesaremos nuestro pecado y recibiremos el perdón de Dios. Compartiremos nuestras alabanzas y peticiones como una familia, y de hecho la somos. Oraremos. El pastor nos dará una exposición clara y sencilla de la Palabra del Señor, pero — ¡gracias mil a Dios! — no nos invitará a “irrumpir en la dimensión sobrenatural”.

No seas tan abierto de mente



Por Burk Parsons



El engaño supremo de nuestro enemigo está en su intento de convencernos de que él no existe. 

Para lograrlo, ha lanzado su ataque contra nosotros con toda arma de su arsenal cuidadosamente preparado. 
Quizás su principal éxito lo constituye el persuadirnos de que ser abiertos de mente es algo bueno. 
Porque es precisamente cuando  aceptamos la idea de que la apertura de mente es una virtud cristiana que caemos en la misma trampa diabólica en la que quedaron atrapados nuestros primeros padres. 
Una vez nuestras mentes se abren a la apertura de mente, todas las ideas, sin importar cuán absurdas, pueden entrar y salir a su antojo — con nuestra aprobación. 

Es así como nos convertimos en filósofos sin cabeza ni cerebro que sólo quieren llevarse bien con la gente. 

Uno de esos filósofos y auto designados teólogos escribió: “Creo que tenemos que repensar radicalmente nuestro entendimiento del lugar del cristianismo en el panorama religioso global. 
Y tenemos que encarar el hecho de que es un sendero entre otros, y entonces reformar nuestro sistema de creencias para que sea compatible con esto. Éste es el gran nuevo reto que los teólogos y los líderes de la iglesia tienen todavía que enfrentar. 
Tenemos que convertirnos conscientemente en lo que ha sido designado como pluralistas religiosos.” Éste es el mantra de los pluralistas religiosos: Libera tu mente, no te aferres a tu fe y siente el amor.
Aunque muchos evangélicos profesos se han convertido en precarias medusas evangélicas, preferiría pensar que la mayoría todavía no ha sucumbido a la clase más descarada de pluralismo religioso. 

No obstante, siendo el fundamentalista bíblico estrecho de mente que soy, soy un decidido estrecho de mente para cualquier cosa que no sea bíblica, y coincido con Juan Calvino: “Toda teología, cuando se separa de Cristo, no sólo es vana y confusa, sino también desquiciada, engañosa y espuria; porque, aunque algunas veces los filósofos expresan dichos excelentes, sin embargo no tienen sino aquello que es de corta vida y que se encuentra mezclado con sentimientos impíos y errados.” 
Como fieles cerrados de mente que pensamos con la mente de Cristo, debemos unir armas contra el pluralismo satánico de nuestros días, ya sea esto algo decretado desde el Vaticano o proclamado desde La Meca. Vivimos y respiramos únicamente por Cristo y proclamamos que sólo hay un camino para llegar a Dios. Jesús es el camino y la verdad y la vida (Juan 14:6).

domingo, 14 de agosto de 2011

Plántate donde puedas florecer



1 Tesalonicenses 3.6–13 (RVR60) — 6 Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, 7 por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe; 8 porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor. 9 Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, 10 orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe? 11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. 12 Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, 13 para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. 




En cuanto salió Miguel de la escuela, el entrenador de voleibol le dio la noticia de que no había sido elegido capitán del equipo.
Miguel se siente deprimido, tan deprimido que le parece que no va a ir a la reunión del club bíblico. Prefiere quedarse en casa y ahogar su desencanto comiendo un kilo de helados.
Pero como sabe que esto en realidad no hará más que darle un dolor de estómago, después de todo decide ir al club.
Cuando entre dientes le dice a sus amigos del club bíblico lo patético que es, ellos no sólo lo hacen dejar de rebajarse a sí mismo, sino que también lo hacen recordar qué talentoso y útil es en la escuela y en el grupo. Al final, Miguel se retira sabiendo que le cae bien a alguien, que es apreciado y que lo necesitan. Se va con una imagen más positiva de sí mismo.
¿Suena tonto? No lo es. Reconócelo: Tener amigos que te levantan cuando estás mal es mejor que ser atacado con insultos y sarcasmos.
La Biblia dice que Dios nos considera dignos de ser amados, valiosos y capaces; y tenemos todo el derecho de vernos de la misma manera. Junto con saber todo esto por medio de la Palabra de Dios, estar con la gente apropiada es una manera incomparable de realmente comprenderlo.
Apártate de los que te tratan como basura, y encuentra a los que de veras creen en ti, como cree en ti Dios. Aquí van algunas maneras de lograrlo:

Encuentra amigos que te aceptan tal cual eres. No busques a los que hablan demasiado ni los que usan la mejor ropa, sino a los que te dejan ser como eres porque están cómodos consigo mismos.

Encuentra amigos y líderes adultos que te dejen soñar e intentar cosas nuevas positivas, como trabajar de voluntario, hacer algún tipo de ministerio, que te hagan usar y ampliar el cerebro o que te hagan superarte en alguna actividad física. Es fácil detectar a los adultos que te quieren ayudar a descubrir los puntos fuertes que Dios ha puesto en ti.
Sé constante en ir a las clases de la Escuela Dominical y al grupo de la iglesia de entre semana, donde el ambiente no está cargado de sarcasmos y ataques verbales.
Súmate a un grupo pequeño de creyentes donde puedas ser transparente y directo en cuanto a tus luchas. Deja que te amen y te cuiden.
¿Captas cómo es el asunto? ¡El mejor lugar donde podemos estar es dondequiera encontremos un ambiente que puede ayudarnos a librarnos de una autoimagen negativa!