¿Cristiano Sin la Cruz?
Un cristiano sin su cruz, es como un pintor sin su brocha,
Un carpintero sin serrucho, un Cirujano sin bisturí, un mecánico sin
herramientas,
Imaginémonos un Pintor con esmoquin, un mecánico con un
plumero, etc.
Bueno de la misma manera no existe la posibilidad de ver un
cristiano sin su cruz.
Que significa la cruz: Vergüenza, burla,
sufrimiento, dolor, esfuerzo, lágrimas, sangre,
angustia, tristeza, la muerte misma
·
Toda
persona que se proclama ser cristiano pasa hacer discípulo de Él.
·
El
cristiano debería aprender a pagar el precio que se debe de pagar por ser
discípulo de Cristo.
·
Seguir a
Cristo significa hacer un sacrificio personal, de mis intereses, mis deseos, mi
vida misma todos los días
Lucas 14.27 (RVR60)
27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. |
Lucas 14.27 (TLA)
27 Si ustedes no
están dispuestos a morir en una cruz, y a hacer lo que yo les diga, no pueden
ser mis discípulos.
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Lucas 9.23 (RVR60)
23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. |
Lucas 9.23 (TLA)
23 Después Jesús
les dijo a todos los que estaban allí: «Si alguno quiere ser mi discípulo,
tiene que olvidarse de hacer lo que quiera. Tiene que estar siempre dispuesto
a morir y hacer lo que yo mando.
|
Mateo 10.38 (RVR60)
38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. |
Mateo 10.38 (TLA)
38 Y si no cargan
su cruz y me siguen, no merecen ser míos.
|
DISCÍPULO mathetes lit.: aprendiz, aprender; de un pensamiento
acompañado de esfuerzo),
denota a uno
que sigue la enseñanza de uno, como los discípulos de Juan (Mt 9.14); de los
fariseos (Mt 22.16); de Moisés (Jn 9.28); se usa de los discípulos de
Jesús: (a) en un sentido amplio, de los judíos que vinieron a ser partidarios
suyos (Jn 6.66; Lc 6.17), algunos de ellos siéndolo en secreto (Jn 19.38); (b)
de manera especial de los doce apóstoles (Mt 10.1; Lc 22.11, p.ej.); (c) de
todos los que manifiestan que son sus discípulos permaneciendo en su Palabra
(Jn 8.31; cf. 13.35; 15.8); (d) en Hch, de los que creían en Él y confesaban su
nombre (Hch 6.1,2,7; 14.20,22,28; 15.10; 19.1, etc.).
·
Un discípulo no es meramente uno que aprende, sino un [i]partidario; de ahí que seles mencione
como imitadores de su maestro; cf. Jn 8.31; 15.8.
·
imagínate un partidario de los “”republicanos”” promoviendo a los
demócratas, un soldado de EEUU en la guerra matando a los propios
estadounidenses
¡Tristemente!
Es muy importante ver en la
historia todo lo que nuestros hermanos sufrieron para defender su fe y
prepararnos el camino para que nosotros pudiéramos tener una vida mejor
Es triste poder ver cuanta gente
dominguera, solo acude a buscar el favor de dios cuando tiene necesidad de Él,
algunos otros por diferentes asuntos que son ajenos a Dios
Es muy importante dejar de perder
el tiempo en cuanto a nuestra comunión con Dios, dejar de jugar a la iglesita,
al pie de la cruz como aquellos soldados que jugaron suertes para ver quien se
quedaba con lo que lo ropa de nuestro Dios.
Juan 19.17-24 (RVR60)
17 Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.
20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.
21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos.
22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.
24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.
17 Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.
20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.
21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos.
22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.
24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.
Pablo hablaba con lagrimas en
sus ojos de estos que eran enemigos de la cruz de Cristo
Filipenses 3.17-19 (RVR60)
17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;
19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;
19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
Para Mucha gente la palabra de
la Cruz es locura pero para nosotros poder de Dios
1 Corintios 1.17-18 (RVR60)
17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
¡Qué tremendas cosas nuestros hermanos tuvieron que pasar!
El emperador Nerón
Así estaban las cosas cuando, en la noche del 18 de julio del año 64,
estalló un enorme incendio en Roma. Al parecer, Nerón se encontraba a la sazón
en su residencia de Antium, a unas quince leguas de Roma, y tan pronto como supo
lo que sucedía corrió a Roma, donde trató de organizar la lucha contra el
incendio. Para los que habían quedado sin refugio, Nerón hizo abrir sus propios
jardines y varios otros edificios públicos. Pero todo esto no bastó para
apartar las sospechas que pronto cayeron sobre el emperador a quien ya muchos
tenían por loco
Dos de los barrios que no habían ardido eran las zonas de la ciudad en que
había más judíos y cristianos. Por tanto, el emperador pensó que le sería fácil
culpar a los cristianos.
El historiador
Tácito, que parece creer que el fuego fue un accidente, y que
por tanto la acusación hecha contra los cristianos era falsa, nos cuenta lo sucedido:
A pesar de todos los esfuerzos humanos, de la liberalidad
del emperador y de los sacrificios ofrecidos a los dioses, nada bastaba para
apartar las sospechas ni para destruir la creencia de que el fuego había sido
ordenado. Por lo tanto, para destruir ese rumor, Nerón
hizo aparecer como culpables a los cristianos, una gente a quienes todos odian
por sus abominaciones, y los castigó con muy refinada crueldad. Cristo,
de quien toman su nombre, fue ejecutado por Poncio Pilato durante el reinado de
Tiberio. Detenida por un instante, esta dañina superstición apareció de nuevo,
no sólo en Judea, donde estaba la raíz del mal, sino también en Roma, ese lugar
donde se dan cita y encuentran seguidores todas las cosas atroces y abominables
que llegan desde todos los rincones del mundo.
¡Ojo Mis
Hermanos¡
Por lo tanto, primero fueron arrestados los que confesaron [ser
cristianos], y sobre la base de las pruebas que ellos dieron fue condenada una
gran multitud, aunque no se les condenó tanto por el incendio como por su odio a la
raza humana (Anales, 15. 44). Según lo que se pensaba
Estas palabras de Tácito son valiosísimas, pues constituyen uno de los más antiguos testimonios
que han llegado hasta nuestros días del modo en que los paganos veían a los
cristianos.
Al leer estas líneas, resulta claro que Tácito no creía que los cristianos fueran verdaderamente culpables
de haber incendiado a Roma. Aún más, la “refinada crueldad” de Nerón no recibe
su aprobación.
Pero al mismo tiempo este buen romano llamado Tacito, persona culta y
distinguida, cree mucho de lo que se rumora acerca de
las “abominaciones” de los cristianos, y de su “odio a la raza humana”.
Tácito y sus
contemporáneos no nos dicen en qué consistían estas “abominaciones” que
supuestamente practicaban los cristianos.
Se cree que
el odio a la Raza humana se debía al hecho de que los cristianos no
participaban en sus prácticas paganas
Esto último se comprende si recordamos que todas las actividades de la
época —el teatro, el ejército, las letras, los deportes, etcétera— estaban tan
ligadas al culto pagano que los cristianos se veían obligados a ausentarse de
ellas.
Por tanto, ante los ojos de un pagano que amaba su
cultura y su sociedad, los cristianos parecían ser [ii]misántropos que odiaban a toda la raza humana.
Pero Tácito sigue contándonos lo sucedido en Roma a
raíz del gran incendio:
Además de matarles [a los cristianos] se les hizo servir
de entretenimiento para el pueblo. Se les vistió en pieles de bestias para que
los perros los mataran a dentelladas. Otros fueron crucificados. Y a otros se
les prendió fuego al caer la noche, para que la iluminaran. Nerón hizo que se
abrieran sus jardines para esta exhibición, y en el circo él mismo ofreció un
espectáculo, pues se mezclaba con las gentes disfrazado de conductor de
carrozas, o daba vueltas en su carroza. Todo esto hizo que se despertara la
misericordia del pueblo, aun contra esta gente que merecía castigo ejemplar,
pues se veía que no se les destruía para el bien público, sino para satisfacer
la crueldad de una persona (Anales 15.44).
Era casi una costumbre de que
los que arrestaban los golpeaban para que renegaran de su fe y abandonaran el
cristianismo, pero ellos cantaba de gozo
Hechos de los Apóstoles 16.23-25 (RVR60)
23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.
24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.
24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
Hechos de los Apóstoles 5.40-42 (RVR60)
40 Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad.
41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.
40 Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad.
41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.
Todos
los hombres y mujeres que han pasado a los libros de historia de nuestro Señor
y salvador Jesús, son aquellos que de verdad se esforzaron, que han impactado
el corazón de Dios con su fe, no fanfarrones que solo hablan pero no hacen nada
Hebreos 11.32-38 (RVR60)
32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas;
33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.
37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;
38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas;
33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.
37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;
38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
¡Estos son de los que Dios no
se avergüenza Llamarse Dios de ellos!
Hebreos 11.16 (RVR60)
16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
Malditos eran los que terminaban muertos en la Cruz
LA PENA DE MUERTE POR MEDIO DE LA CRUCIFIXIÓN
Deuteronomio 21.23 (RVR60)
23 no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
23 no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
Gálatas 3.13 (RVR60)
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
LA MÁS
TERRIBLE PENA de muerte entre los pueblos antiguos era la ejecución por medio de
la crucifixión.
De acuerdo
con el testimonio de historiadores paganos, esta condena era practicada por los
habitantes de Babilonia, Persia, Egipto, Cartagena. Los asirios tenían por
costumbre colgar a sus prisioneros de guerra sobre estacas puntiagudas.
Los griegos
adoptaron la crucifixión de estos pueblos antiguos, y de los griegos pasó a los
romanos. Después de la conquista de Tiro, Alejandro de Macedonia mandó
crucificar a dos mil habitantes de este país en signo de su victoria. Los
romanos eran igualmente crueles con sus prisioneros. El emperador Licinio
cierta vez crucificó seis mil soldados tomados en cautiverio. Las cruces
estaban dispuestas a una distancia de dos metros una de otra a lo largo de la
Vía Apia a Roma.
Los romanos
crucificaban a sus esclavos por la menor falta. Los esclavos vivían en
condiciones tan duras que no le temían a la muerte en la cruz, ellos estaban
acostumbrados a una muerte tan terrible y no esperaban morir de otra manera.
¡Anécdotas reales!
·
Un historiador llamado Horacio recuerda que un
esclavo fue crucificado porque osó tomar los restos de pescado.
·
Cierta vez, un esclavo dijo a su amo que no lo
atemorice con la cruz ya que él sabía que la cruz sería su tumba, al igual que
lo fue de su padre, su abuelo, su bisabuelo y su tatarabuelo.
Historiador Plinio dice que los esclavos eran
forzados a trabajos tan pesados y abrumadores que muchos se suicidaban.
Para
terminar con los suicidios, el emperador mandó colgar los cuerpos de los que se
quitaron la vida.
Al principio,
eran ejecutados por medio de la crucifixión solo los esclavos y las personas de
clase baja.
Podían ser
condenados a una muerte tan terrible, deshonrosa y degradante. Luego
En Judea,
los romanos crucificaban con frecuencia. Así, por ejemplo, luego de la muerte
de Herodes el grande, Varus crucificó a dos mil criminales. En tiempos de los
emperadores
Claudio y
Nerón, los gobernadores, Félix, Tiberio, Alejandro y otros crucificaban por
crímenes tanto políticos como religiosos.
Después de
que Tito tomó Jerusalén, crucificaban a tantas personas que no alcanzaba ni la
madera ni el lugar para poner las cruces.
¡Importate!
La ejecución
se realizaba de la siguiente manera: luego de la lectura de la condena de
muerte,
escribían en una tablita la culpa por la cual era crucificado el condenado.
Esta tabla era generalmente de color rojo, cubierta de yeso y la inscripción
era hecha con grandes letras negras.
Las cruces
estaban hechas de madera barata y dura, generalmente de roble u olivo. La 'cruz
immissa' se hacía de dos tablas toscas y fuertes, unidas en forma de cruz.
Sobre esta
estaca el condenado se sentaba para que no se le Desgarren los músculos de las
manos en las muñecas. Con frecuencia, en lugar de un asiento, se clavaba debajo
de los pies del crucificado un soporte, generalmente hecho de la misma tabla
que la cruz, sobre el cual el desdichado se apoyaba. Este soporte se llamaba
'suppedaneum
lignum,' en griego 'ipopodion.'
Después del
juicio y la condena, comenzaba el tormento, 'flagellum.' El condenado era
cruelmente
apaleado, la mgente generalmente lo odiaba. Le daban a llevar la cruz, o más
frecuentemente el travesaño. A veces se ataba el travesaño atrás de los hombros
del condenado y sobre él sujetaban los brazos del desdichado. Cuando el
condenado a muerte no quería ir al lugar de la ejecución y se negaba, entonces
lo obligaban y lo empujaban y, como sus brazos estaban atados, no podía
defender se de los golpes. La ley romana determinaba quitar la ropa del
condenado y llevarlo desnudo por las calles principales donde había mucha gente
para que también sufra moralmente. A veces, luego de los azotes, lo vestían. La
ley hebrea permitía llevar al condenado vestido. Había casos en que el
condenado era golpeado por el camino con tanta fuerza que la ropa se le caía y
llegaba al lugar de la ejecución mutilado, con las extremidades quebradas,
medio muerto. A menudo moría por el camino, entonces el cuerpo era arrastrado y
luego clavado a la cruz.
Generalmente,
la pena de muerte era ejecutada por un verdugo, pero a veces, eran enviados
soldados. Por lo general eran cuatro, y al mayor en rango, el centurion, se le
encargaba el control sobre los demás. La obligación de los verdugos consistía
en traer al condenado al lugar de la ejecución, crucificarlo y ver que no lo
bajen con vida. En el lugar de la ejecución, los verdugos primero le quitaban
la ropa al condenado, se les permitía repartirse la vestimenta del castigado.
El condenado era atado a la cruz: sin desatar sus brazos, lo acercaban al poste
o cruz y sujetaban una soga al travesaño que luego arrojaban sobre el poste,
elevaban al desdichado hasta que no tocara la tierra con los pies. Una vez
atado el sentenciado vivía mucho tiempo, si era fuerte, moría después de una
semana.
Algunos eran
crucificados sobre las cruces directamente. Antes de la crucifixión, desataban
el travesaño y colocaban al desdichado sobre la cruz y lo clavaban. Luego,
elevaban la cruz junto con el crucificado y la hincaban en la tierra. Sobre la
cabeza del sentenciado clavaban una tablita en la que estaba escrita su culpa.
Los
condenados que eran clavados morían mas rápido que los que eran atados. Así,
por ejemplo, en el año 1247 fue crucificado en Damasco
un esclavo
que vivió tres días. Durante la crucifixión, se clavaban los clavos más arriba
de la palma, ya que las palmas tienen ligamentos débiles y no podían sostener
el peso del cuerpo de un crucificado. Hubo casos en que la carne de los brazos
se desgarraba y se desprendía de los clavos, el atormentado caía al suelo. Era
aun peor si tenía clavados los pies (no siempre se clavaban a la cruz) ya que
al caer, se le quebraban. Pero si esto ocurría era clavado nuevamente.
¡Espantoso!
Esto era tan
atroz que ni aun los verdugos aguantaban semejante crueldad. Para que el
crucificado no se caiga se clavaba el soporte
Ver al
crucificado era terrible: su rostro desfigurado expresaba sufrimiento. Emitía
gritos salvajes, La víctima se desangraba. La sangre no llegaba al cerebro, inundaba
los
pulmones, el corazón se detenía. El agonizante se ahogaba. Así vivía un día,
dos, a veces hasta tres.
Estaba
prohibido enterrar el cuerpo de los que habían muerto en la cruz. El cuerpo
quedaba colgando durante mucho tiempo para burla y deshonra.
Los animales
salvajes y los perros saltaban y lo desgarraban, las aves de rapiña lo
picoteaban de arriba. El resto se pudría y caí a al suelo. Luego colgaban los
huesos pelados.
Los cuerpos
de los muertos en la cruz se dejaban para atemorizar a la gente. Los judíos no
enterraban los cuerpos de los crucificados para no ultrajar la tierra.
Cicerón
historiador dijo que no hay palabras para describir la crucifixión.
Los humildes
y mansos soldados de Cristo, los mártires cristianos, con su amor, paciencia y
sufrimientos vencieron el mundo pagano; terminaron con las crueldades de la
esclavitud; destruyeron los ídolos y prepararon al mundo para recibir a Cristo.
¡Termina el tormento para los cristianos!
Antes de la
batalla decisiva contra Masquentio, Constantino,
emperador de Bizancio (312‐337), tuvo una visión de la cruz, y debajo de ella la siguiente inscripción:
"Con ella vencerás."
Constantino mandó adornar con ese signo la parte superior de los
estandartes de sus regimientos (labarum) y así venció al enemigo. De este modo
comenzó un nuevo mundo, el mundo cristiano.
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