2 Timoteo 4.1–5 (RVR60) — 1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
Sin lugar a dudas
el corazón del apóstol Pablos estaba muy preocupado, ya que las falsas
doctrinas habían penetrado las iglesias, le dice a su joven discípulo predica
la palabra, que importante es que nosotros los que tenemos la responsabilidad
de predicar la palabra lo hagamos con un corazón sincero, aislado de todo interés, que no tenga nada que ver con la voluntad de Dios ni su palabra.
Sin lugar a dudas
esa es la misma preocupación que nosotros los que somos responsables ante Dios
de compartir su palabra, lo hagamos sin mesclar filosofías mundanas.
Uno de los peligros
existentes del siglo 21 es precisamente mezclar filosofías mundanas con la
verdadera palabra de nuestro señor y salvador Jesucristo que importante es que clámennos
para que la palabra de Dios sea predicada sin que nuestro intento sea agradar a
los hombres, si no aquel que nos ha
otorgado el privilegio de hablar su palabra.
Pablo anuncio de
ante mano que venían tiempos, cuando no se soportaría la sana doctrina y que la
gente teniendo comezón de oír, no se fijaran en el carácter ni testimonio del
predicador , si no en como habla.
Recordemos que los
maestros se están multiplicando, y que cada día habrá mas y mas maestros que
ensenaran conforme sus deseos desordenados, y su objetivo será apartar de la
verdad el oído de los verdaderos creyentes.
Tengamos mucho
cuidado de lo que escuchamos.
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